Antes del amanecer, Hifumi, que regresaba con los soldados que conducían el vagón desde Ródano hacia Aroseru, le dijo a Origa, la cual lo estaba esperando, que avanzara de inmediato como estaba planeado y luego se fue a dormir.
En el tiempo en que el señor feudal estaba durmiendo, Alyssa, comandante del ejército territorial de Touno, estaba ocupada preparándose para la próxima operación militar.
Una parte de los soldados ayudó a los residentes de la ciudad a cargar sus pertenencias en numerosos carruajes y emigrar a las aldeas campesinas ubicadas a los lados de la carretera que conduce a Fukaroru.
Como esto era algo que Hifumi había ordenado, Origa fue conmovida profundamente, Kasha estaba llena de dudas, y Alyssa estuvo de acuerdo sin siquiera haber escuchado la razón.
"Ellos serán un obstáculo si se quedan aquí. Además, si ellos son tragados por la batalla, el rendimiento de los impuestos se reducirá." (Hifumi)
Cuando Hifumi dijo las razones de esto, Origa estaba impresionada, Kasha pudo aceptarlo, y Alyssa dijo "Supongo que, si eso es lo que Hifumi dice, entonces tiene que ser correcto".
Aunque en parte esta fue una migración forzada, debido a que los soldados tenían un estado de ánimo tranquilo y a que a los ciudadanos se les explico que eso era algo inevitable debido a la guerra, el movimiento pudo progresar constantemente.
Además, Alyssa les dijo a los ciudadanos 「Ustedes serán capaces de volver pasado mañana. 」
Y aunque no fueron convencidos por tales palabras, los ciudadanos se apresuraron a pensar,
Así que una niña como ella tiene suficiente compostura como para tratar de calmarnos ¿eh?
Los soldados que permanecieron despiertos toda la noche haciendo los preparativos para la batalla, todavía estaban dentro de sus sueños.
Y los soldados, que estaban de turno, alinearon varios vehículos en cada uno de los dos carriles e instalaron lanzadores de lanzas en el vagón trasero de los handcars.
El vagón principal de los handcars era utilizado para transportar las lanzas de reserva mientras que al mismo tiempo funcionaba como motor.
"¿Entiendes la estrategia?" (Origa)
"Esto, una vez que el enemigo este a una distancia visible, escaparemos en los vagones mientras los atacamos con los lanzadores de lanzas. En la medida de lo posible emboscaremos y atacaremos a los fastidiosos soldados mágicos. Y una vez que lleguemos a Fukaroru, cerraremos la puerta y los atacaremos una vez con los lanzadores de lanzas." (Alyssa)
"¿Lo dije bien?", Mientras Alyssa miraba hacia el rostro de la ligeramente más alta Origa, ella sonreía gentilmente.
"Sí, no parece haber ningún problema. Pues bien, después de que vaya a reunirme con Hifumi-sama, por favor, hazte cargo de los demás preparativos." (Origa)
"¡Entendido!" (Alyssa)
Kasha sonrió amargamente hacia Alyssa, que se fue rápidamente, hasta que estuvo fuera de su vista mientras murmuraba,
"De alguna manera no se siente el estado de ánimo que debería haber antes de una guerra." (Kasha)
"Aunque se podría decir que somos inferiores a ellos, eso es sólo un "Hándicap". Debe haber un número considerable de refuerzos de la capital que llegaran en el momento en que volvamos a Fukaroru. Al final, el curso de los acontecimientos no conducirá a nada más que a la retirada del ejército de Vichy después de haber disminuido sus números." (Origa)
"Voy a poner mi confianza en ellos." (Kasha)
No dijo en quién.
"Eso es natural". (Origa)
Mientras Origa empezaba a caminar con un resoplido disgustado, Kasha continuó mostrando una expresión llena de sentimientos encontrados.
(Hándicap, ¿eh? Si no hago nada, mi tiempo para hablar con Origa desaparecerá, pero...) (Kasha)
Hasta el día de hoy, las posibilidades de que Kasha hablara con Origa habían aumentado poco a poco.
Aunque Origa todavía mostraba la misma actitud fría hacia ella, no era como si la estuviera ignorando por completo.
A este ritmo podrían volver a su relación original lentamente.
Kasha se aferró a la fugaz esperanza de que posiblemente ambas volverían a sus días de aventuras algún día.
Alrededor del tiempo en que todos los preparativos estaban listos, el suelo comenzó a temblar con el sonido de los pies de la gente y los cascos de los caballos que provenían desde Ródano.
"¡Ellos están viniendo!"
Los soldados del ejército territorial que estaban vigilando la salida hacia Ródano advirtieron a sus aliados de la aparición del enemigo agitando una bandera.
Al recibir una señal de sus compañeros en la parte superior de la puerta hacia Fukaroru, los soldados de guardia se retiraron a toda velocidad.
Se les ordeno que escoltaran a los evacuados en su viaje a las aldeas campesinas.
Pero en realidad, no había ningún motivo para que arriesgaran sus vidas en la guerra.
Eso es porque cruzar espadas con el enemigo era el deber y el disfrute del Lord, y no se les perdonaría si le robaran esa oportunidad.
Mientras los soldados de guardia dejaban la ciudad con tal excusa, Hifumi estaba esperando al enemigo, con una actitud intimidante, entre dos vagones con lanzadores de lanzas instalados.
Estaba sosteniendo el kusarigama en sus manos.
El dobladillo del Hakama había sido atado usando un amarre simple. Y la katana estaba colgando en su cintura.
Mientras Hifumi se aburría y, por tal razón, balanceaba el contrapeso a ambos lados, los soldados, que habían subido a los vagones, prepararon los lanzadores y esperaron con impaciencia y nerviosismo.
El ejército de Vichy, que avanzaba rápidamente, tuvo que bajar la velocidad dentro de la ciudad deshabitada. Y al descubrir la figura de Hifumi, se les dio la orden de detenerse.
En este punto, el ejército de Vichy había disminuido a una cantidad de alrededor de 9000 debido a la gente que huyó después del ataque en Ródano, y los que fueron a perseguir a los ciudadanos evacuados.
Este asunto se había convertido en otro combustible para alentar las llamas de ira de Buer.
Al ser la vanguardia, Buer, portando un casco blindado, se acercó sobre su espléndido caballo y miró a Hifumi.
"¿Qué pasa joven? No seas una molestia. ¡Vete de aquí!" (Buer)
Después de decir dos palabras, durante la tercera, la furia de Buer estalló.
Las últimas palabras fueron gritadas con ira.
Hifumi, que sonreía ampliamente y se reía, enderezó la espalda y realizó una hermosa reverencia.
"Me siento honrado de conocerte por primera vez. Soy un vizconde de Orsongrande que gobierna el territorio de Touno, mi nombre es Hifumi." (Hifumi)
"¿Dijiste Hifumi? Así que tú eres el bastardo, ¿eh? "(Buer)
"Ohh, por alguna razón parece que mi nombre se ha hecho famoso incluso en Vichy." (Hifumi)
Mirando por encima de sus hombros, Origa respondió con un 「 ¡Eso es sólo natural! 」 encima del vagón.
Los miembros del ejército territorial solo se rieron.
"¡Qué es tan gracioso!" (Buer)
Aun cuando Buer gritó con una voz estruendosa, la sonrisa de Hifumi no vaciló.
"Antes de la guerra les dije a todos "He puesto una marca fácilmente reconocible en la frente del comandante supremo del enemigo"." (Hifumi)
Debido a las palabras de Hifumi, los soldados a ambos lados de Buer hicieron una expresión de 「 ¡Oh no! 」.
Al instante siguiente, Buer dejo salir un fuerte grito.
"¡Yo... fuiste tú!" (Buer)
Por unos segundos Buer dejó que la ira lo controlara y se precipito hacia adelante con su caballo. Hifumi golpeó ligeramente la punta de la nariz del caballo con el contrapeso.
Mientras Buer controlaba el caballo, que actuó violentamente debido a la sorpresa, los vagones comenzaron a moverse. Hifumi saltó tranquilamente en uno de ellos y la velocidad de los vagones aumentó.
"¡Tras ellos! ¡No los dejen escapar!" (Buer)
Según las instrucciones de Buer, el grupo de caballos de la vanguardia, incluidos sus dos acompañantes, insto a sus caballos a galopar. Pero fueron traspasados por lanzas, sin importar si era soldado o caballo, uno por uno, en un instante.
"Aumenten la velocidad después de golpearlos. Los haremos correr por un tiempo." (Hifumi)
Origa y Alyssa transmitieron las ordenes de Hifumi, que estaba sentado en la parte superior de uno de los vagones, a los demás soldados.
Impulsados por la voz de Buer, diciéndoles que no trataran de evitar a aquellos que se tropezaban, o caían, que si era necesario los pisaran, pero que siguieran con la persecución, los soldados de Vichy avanzaron frenéticamente hacia delante.
Había mucha caballería en las tropas de vanguardia. Incluso con Buer corriendo salvajemente sin preocuparse por los que caían en la parte de atrás, la distancia se extendía constantemente.
Atraídos por el grupo que estaba persiguiendo a Hifumi, todo el ejército de Vichy comenzó a avanzar rápidamente. En el momento en que la línea final salió de la ciudad de Aroseru, fueron asaltados por una gran cantidad de lanzas provenientes desde ambos lados de la carretera.
No había nadie para poner a los soldados en orden por lo que el grupo de la parte de atrás cayó en el caos debido al ataque sorpresa.
Unos a uno abandonaron a sus compañeros traspasados y se dispersaron en todas direcciones tratando de escapar.
En el momento en que los ataques de las lanzas, que concentraron su objetivo en los soldados mágicos reunidos en la última división, cesaron, los soldados mágicos quedaron casi completamente aniquilados. Al final, del ejército de Vichy, alrededor de 2000 caballeros siguieron avanzando, aproximadamente 5000 soldados de infantería junto a los arqueros fueron tras ellos mientras se separaban y los supervivientes de la parte trasera corrían de vuelta a casa.
Los soldados territoriales que acechaban cerca de la carretera para emboscar al enemigo, después de dejar pasar a las tropas de Vichy, que perseguían al grupo de Hifumi, limpiaron los cadáveres y trataron con los soldados enemigos sobrevivientes. Después la última tarea que les quedaba era reunirse con los ciudadanos que se refugiaban en las aldeas agrícolas.
"¿Quién fue el torpe que lanzó una lanza hasta aquí?"
"Elimine a 100 personas"
"¡Perfore a 3 personas de una vez!
En los rostros de los soldados que limpiaban los cadáveres mientras hablaban consigo mismo, no había ningún miedo a perder ni ningún sentimiento trágico por la guerra.
"Ahora que está hecho, vamos a la aldea. Creo que podemos dejar que el Señor se ocupe del resto."
Todo el mundo estuvo de acuerdo y comenzó a caminar sin siquiera formar una línea.
"Sería agradable si los rieles hubieran sido puestos incluso en la dirección de la aldea."
Para ellos era como si la guerra ya hubiera terminado.
"Pronto vamos a pasar por el lugar antes mencionado." (Origa)
Hifumi sólo asintió con la cabeza al informe de Origa.
Los soldados de Vichy que los perseguían en la parte posterior estaban totalmente separados del grupo de caballería que los encabezaba.
Hifumi estaba sentado con las piernas cruzadas, con la espalda hacia la dirección del movimiento, mirándolos con una fugaz mirada.
"¡Espera! ¡Lucha conmigo de forma justa y cuadrada! ¡Te mataré!" (Buer)
Además de Buer, que los perseguía mientras gritaba enérgicamente sobre el caballo, las otras fuerzas de Vichy parecían no darse cuenta de lo que les esperaba.
Aunque el número de la caballería de Vichy había disminuido rápidamente debido al disparo intermitente de lanzas, estas deliberadamente no apuntaron a Buer.
Determinando el despliegue del enemigo, Hifumi dio instrucciones sobre los ataques. Luego se le informo que ya estaban pasando por el lugar programado.
"A toda velocidad." (Hifumi)
Origa no se perdió la breve instrucción de Hifumi.
"¡Todos los miembros, sigan con todas sus fuerzas" (Origa)
Con el mando de Origa, los soldados, sosteniendo la manija del vagón, levantaron sus voces y pusieron toda su fuerza en ella.
"A pesar de ser la directora de asuntos militares..." (Alyssa)
"Esto es porque no escuchaste las palabras de Hifumi-sama." (Origa)
En el momento en que la caballería de Vichy concentro sus ojos en los vagones de tren acelerados, uno de los soldados galopando junto a Buer, cayó en la primera trampa.
Las patas delanteras del caballo no pisaron el suelo de la carretera.
Sino una trampa pequeña y superficial, pero, aun así, el caballo, sin poder apoyarse, cayó rápidamente.
En sucesión los soldados de Vichy siguieron cayendo y fueron pisados.
Aunque Buer disminuyo la velocidad del apresurado caballo y ordenó a los soldados que salieran de la carretera, las trampas, casi indistinguibles en la hierba, estaban preparadas allí también.
Durante un tiempo Buer continuó la persecución, pero al final se cayó del caballo cuando este se tropezó.
Cuando Hifumi lo vio tratando de levantarse, Buer aparentemente estaba a salvo de alguna manera.
"¡Te esperaré en Fukaroru!" (Hifumi)
Aunque su enemigo intentó replicar algo a la llamada de Hifumi, en ese momento el vagón ya estaba a una distancia muy lejana de ese lugar.
"Pueden bajar la velocidad. Esperaremos al enemigo en Fukaroru" (Hifumi)
En este momento todavía quedaban muchos arqueros e infantería dentro del ejército de Vichy, pero los caballeros habían sido casi eliminados.
Buer decidió tomar un descanso temporal para esperar a los que se quedaron atrás, pero al perder el temperamento debido a la disminución del número de soldados reunidos, sintió la culpa de todo el mundo en las inmediaciones.
Francamente hablando, su gran fuerza militar fue pateada por unos pocos soldados de Orsongrande. Aunque él había esperado una gran marcha hacia Fukaroru.
Después de cruzar la frontera nacional, Orsongrande se había establecido arbitrariamente en Ródano, y siguió avanzando en esa dirección, casi todo esto estaba llevando los nervios de Buer por el camino equivocado.
"Sin luchar directamente, sólo ataques sorpresa, trampas y escapes ... ¿Hasta qué punto piensas burlarte de mí? Ese joven, ¡Definitivamente lo mataré!" (Buer)
Mientras Buer se estaba poniendo nervioso, incluso en ese momento, aquellos, sintiendo la crisis que provoco que los soldados mágicos desaparecieran y los caballeros fueran eliminados, se separaron uno por uno y abandonaron.
Buer se enfureció aún más por este asunto.
Tal como era ahora, tendría que regresar a su país sin obtener ningún logro. Los generales, que escapan sin poder liderar a sus aliados y luchar decentemente sin accidentes, nunca vuelven a aparecer en la escena pública por segunda vez.
No era improbable que se quedaran el resto de su vida en una unidad de defensa en una aldea remota.
Pero en lo que se refiere a Buer, que tenía el orgullo de haber acumulado su estatus por victorias sucesivas y su poder militar, aunque nunca tuvo la oportunidad de participar en una gran batalla. Era impensable para él hacer algo como retirarse sin hacer nada mientras todavía fuera capaz de pelear.
Después de comer apresuradamente y descansar durante una hora, los soldados de Vichy ahora avanzaban ordenadamente.
"¡Conquistaremos Fukaroru antes de que lleguen los refuerzos enemigos! ¡Empiecen a marchar!" (Buer)
Aunque a veces los soldados se irritaban al pisar las pequeñas trampas, Buer pidió prestado un caballo a otra persona. Su cara estaba roja mientras ardía con el deseo de la venganza.
La Tercera unidad de caballeros de Pajou lideró los refuerzos. Terminando rápidamente la formación de las tropas, era casi como si estuvieran esperando. A primera hora de la mañana salieron 3000 soldados del castillo real.
Los soldados, dirigiéndose por el bien de rescatar al héroe de su crisis, fueron apasionadamente aplaudidos por la población.
Aunque los soldados, a los que esto no les resultaba extraño, estaban escuchando alegremente los gritos de alegría mientras avanzaban caminando, todo el Tercer cuerpo de caballeros, guiando a las tropas mientras cabalgaban a caballo, escondían sus expresiones faciales.
Se les dio una misión contradictoria llamada "Si va como está planeado, tendréis que luchar contra ese hombre.". Así que ni siquiera podían mostrar algo como una cara sonriente.
Como resultado de su estrecha relación con Hifumi, Pajou fue elegida como la líder de los refuerzos.
Liderando el avance, la expresión de Pajou también era rígida.
"Vamos a apurarnos un poco." (Pajou)
"Si nos precipitamos demasiado, dejaremos a los soldados atrás. En primer lugar, es impensable que Fukaroru, que tiene una defensa firme al estar cerca de la frontera, caiga fácilmente. No te pongas demasiado impaciente." (Midas)
Por la voz de Midas, que se movía justo detrás de ella, Pajou suspiró con una sonrisa forzada en su rostro. No quería ser vista así de patética en los ojos de Midas.
"En lugar de tener que mostrar tal rostro, habría sido bueno no proponer tal plan, eso creo." (Midas)
“¿Estás diciendo esto ahora? Esto es también por la venganza de Imeraria-sama. Es una estrategia para dejar de arrastrar a este país en el lodazal de la guerra." (Pajou)
"Ya que lo entiendes, ponte un poco más relajada. Sino terminarás desgastada antes de que lleguemos a Fukaroru." (Midas)
"... Oh bien." (Pajou)
Aumentando ligeramente la velocidad, Pajou volvió a mirar hacia el frente y permaneció en silencio.
Mientras observaba esa espalda que llevaba una armadura, Midas sentía que no podía predecir a dónde se dirigía esta batalla.
De hecho, Sabnak había rechazado la invitación para unirse a los refuerzos.
A pesar de que había prometido guardar el secreto, no podía aceptar la razón de la hostilidad contra Hifumi no importa qué.
\ Supongo que, puesto que todavía es joven, sólo ve esa deslumbrante apariencia heroica de Hifumi en lugar de ser alguien que sostiene una fuerza sobresaliente. Pero incluso con tal excusa, todavía no es capaz de comprender la intención real.
Siendo joven, es manipulado por un peligroso sentido de la justicia debido a mirar esa apariencia radiante. ¿Aunque me pregunto si no es sólo Sabnak, sino que también Pajou y la Princesa Imeraria fueron afectadas por esto?
Aunque Hifumi ciertamente mató al rey, no significa que no fuera culpa del rey.
Él hizo que este país fuera a la guerra, pero como resultado trajo ganancias.
Para ser honesto, en lugar de nosotros, es sin duda Sabnak quien hizo un juicio tranquilo y preciso, supongo.
¿No estamos caminando hacia adelante en la dirección del peligro sin poder apartar nuestros ojos de palabras tan fuertes llamadas 'Guerra' y 'Asesino del rey'?
(Debería haber tratado de hablar un poco más con Sabnak ...) (Midas)
Personalmente no odio a Hifumi.
Pero también creo entender su peligro. /
En un estado de dudosa vacilación, Midas se dirigió hacia el campo de batalla junto a los otros caballeros.
Hifumi estaba esperando en Fukaroru.
Mirando fijamente la apariencia de la katana desenvainada, su corazón estaba saltando de anticipación.
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